¿Por qué el ciclismo?

Cuando eliges el ciclismo y piensas por qué has elegido ese deporte dices, ¿por qué ciclismo y no fútbol? El fútbol es el deporte rey dicen muchos, ganas mucho dinero, entrenas 1-2 horas y juegas 90 minutos los fines de semana... Entonces, ¿por qué eliges el ciclismo?

Todo el mundo ha andado en bici alguna vez pero no todo el mundo es ciclista. El ciclismo es ese deporte duro en el que corres con frío, con calor, con lluvia, con nieve... durante cinco o seis horas seguidas encima de la bicicleta. Ese deporte en el que llegas a 220 pulsaciones y aunque tu corazón te pida parar,no puedes, tu cabeza piensa en dar más,ganar a tu cuerpo. 

Ese deporte en el que preparas una carrera durante meses, muchas veces en soledad, con mucho esfuerzo y superación en cada entreno y para que antes de tu objetivo te caigas o tengas una avería mecánica. Todo tu trabajo al garete. 

Y es que el ciclismo es ese deporte en el que caerse es algo inevitable -romperse la clavícula, un gaje del oficio- pero a pesar de ello te levantas y sigues pedaleando. No importa si te caes que tienes que terminar la etapa y salir a por otra al día siguiente. 

Ese deporte en el que necesitas una cabeza que no solo aguante el casco, una cabeza fuerte que aguante bajones, una cabeza que aguante la presión de depender de ti mismo y de que aunque tengas un equipo muy bueno, tienes que dar la talla, rendir y sacar a relucir todo tu esfuerzo y trabajo. 

Ese deporte en el que subes un puerto con rampas del 25% por donde ni siquiera un coche puede subir. Subes el puerto y te sientes bien, el rey de la carretera, ese puerto en el que te emocionas al subirlo después de sufrir tanto. El ciclismo es ese deporte en el que la afición te anima vayas primero, vigésimo o último. La afición te anima a todos por igual porque todos se merecen los aplausos, gritos, ánimos... desde el primero hasta el último tienen esa característica que les hace continuar y no renunciar aunque no puedas más. Porque hay que ser de otra pasta para elegir el ciclismo. 

Entonces, ¿por qué el ciclismo?